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TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS PARA LA DERMATITIS ATÓPICA

El tratamiento de la piel con eccema no siempre es fácil, pero en líneas generales, imaginaos una escalera con 4 escalones o peldaños de tratamientos:

 

Iremos subiendo “peldaños” a medida que los pacientes con dermatitis atópica tengan eccemas que no acaben de controlarse con los tratamientos del “peldaño” en el que nos encontremos.

Primer Escalón

Las hidratantes son el pilar fundamental del tratamiento, sobre el que se asienta todo lo demás. Imaginaos que la piel con atopia es una barrera de ladrillos mal cementada, y las hidratantes son ese cemento que hace que la piel esté íntegra y funcione como una verdadera barrera frente a todo lo exterior. Dicho de otra manera, es tremendamente importante hidratar la piel, igual que sería para cualquiera de nosotros el beber agua. Ahora bien, muchas veces nos decís en consulta: “Cuando tengo un brote de eccema, me pica muchísimo la crema hidratante”. ¿Habría que aplicársela igual en estos casos? La respuesta es NO; si la piel pica, es porque probablemente el eccema es muy intenso y necesitamos de algo más para tratarlo. Tras controlarlo, lo más normal es que ya podamos utilizar sin ningún problema la hidratante que veníamos utilizando.

Segundo Escalón

Los corticoides tópicos son FUNDAMENTALES para tratar la piel con eccema. ¿Hay que tenerles miedo? De nuevo, ¡NO!. A esto se le llama corticofobia, y es un problema muy importante al que nos enfrentamos en nuestras consultas, ya que limita que los pacientes los utilicen y, por consiguiente, no obtengan toda la eficacia de estos tratamientos. Los corticoides tópicos, bien utilizados, constituyen unos grandes aliados.  

 

¿Podemos dar unas pautas básicas de uso?

  1. Los corticoides tópicos deben usarse hasta que el brote esté totalmente controlado, no habiendo un número exacto de días. Una vez controlado, se suspenden. Así aseguramos un uso intermitente, y no continuado y prolongado (sin descanso), que es el que iría asociado a efectos indeseables, como por ejemplo las estrías o incluso acné.
  2. No todos los corticoides tópicos son iguales; los hay de diferente potencia (media, baja, alta, muy alta) y con diferente vehículo (loción, crema, pomada, solución). Por ejemplo, si tuviéramos un eccema en el cuero cabelludo, no utilizaríamos una pomada porque sería muy desagradable y nos dejaría el pelo graso, untuoso y poco cosmético. En cambio, un corticoide en solución, que no manche y fácil de aplicar, resultaría muy adecuado. Vuestro médico es el que mejor os va a orientar y aconsejar sobre el corticoide más adecuado para cada caso concreto.
  3. En general, la piel de párpados y genitales es muy fina, por lo que utilizaremos corticoides “flojitos”. En cambio, la piel de palmas y plantas es muy gruesa, por lo que podremos utilizar corticoides de muy alta potencia, y no os extrañe incluso que os digamos que en estas localizaciones los apliquéis y os vendéis durante unas horas con film transparente (el de envolver bocatas). Eso se llama utilizarlos bajo oclusión, ya que cuando ponemos un plástico por encima durante un rato, fomentamos la absorción, y con ello ganamos eficacia y que se cure antes el eccema.

En este segundo escalón están también otro tipo de tratamientos, los llamados inhibidores de la calcineurina (tacrolimus y pimecrolimus). ¿Ventajas? No atrofian la piel (cosa que si utilizáramos corticoides durante semanas y semanas sin control sí que lo podrían producir) y por ello pueden ser usados durante largo tiempo. Son especialmente útiles en zonas de piel finita, como los párpados, genitales o las flexuras. Algunos pacientes comentan que sienten quemazón o picor cuando se los aplican. Esto normalmente no implica alergia al tratamiento, y la buena noticia es que suele ir mejorando esta sensación con el paso del tiempo.

Por último, en este escalón, os hago una pregunta: ¿habéis oído hablar de tratamiento reactivo o proactivo? ¿sabéis qué significa? ¿qué os suena mejor? Antes, hace años, hacíamos tratamiento reactivo, es decir, tratar solo cuando había brote. Ahora, hacemos tratamiento proactivo; además de tratar el brote, nos intentamos adelantar a él, haciendo tratamiento de mantenimiento. Se trata de hacer que todos los que tenéis eccema estéis bien el mayor tiempo posible, y no esperando a que estéis muy brotados y que el picor sea severo y limite vuestro día a día. Os pongo un ejemplo, imaginaos una chica de 17 años que viene a consulta, con eccema recurrente en flexura (pliegue) del brazo y la pierna. En el momento en el que viene, trataríamos el eccema con un corticoide (para hacer que remita rápido, tratamiento reactivo) y le diríamos que una vez controlado empezara a utilizar tacrolimus o pimecrolimus en pauta diaria o cada 2-3 días durante un tiempo para mantener la mejoría (tratamiento proactivo). 

 

Tercer Escalón

Es el típico eccema que no se controla bien solo con cremas pero que creemos que todavía no necesita tratamientos sistémicos. Ahí es muy útil la fototerapia, a base de cabinas de UVB / UVB de banda estrecha, que es un espectro de la radiación muy útil para curar diferentes problemas dermatológicos y con menos efectos adversos (esto es, menos cáncer de piel, a diferencia de la radiación UVA, que es más problemática). Imaginaos algo similar a las cabinas de bronceado que os encontráis a nivel de calle, pero en hospitales, controladas por personal médico que supervisará el tratamiento en todo momento hasta controlar el eccema.

Cuarto Escalón

Aquí llegan aquellos eccemas más “gordos”, formas moderadas o severas que, por mucho que nos empeñemos en tratar con cremas, no curan, volviéndose el picor intolerable en muchos casos. Normalmente coincide con que alteran de forma muy significativa el sueño nocturno, y con ello, el rendimiento académico y la realización de diferentes actividades de nuestra vida diaria. ¿Todos los pacientes necesitan de estos tratamientos? ¡NO! Por suerte, muchos pacientes se controlan con cremas y no necesitan estos tratamientos, pero si se necesitan, aquí están ya y cada vez los veremos más en muchos pacientes con atopias mal controladas que los necesitan.

Esta información es para que conozcas los distintos tratamientos que hay disponibles para personas con dermatitis atópica. Ten en cuenta que siempre será tu dermatólogo/a quien te recomiende el tratamiento más adecuado para tu situación particular.

 

Marta Feito. Dermatóloga. Hospital Universitario La Paz

 

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